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7 de febrero.  En la capital nos esperaban a las 19:00. Hicimos la entrada en la ciudad con las luces del Life-mobile encendidas, y con las banderas desplegadas y llegamos a la que, hasta 1993 fue la Concatedral de Madrid, la Colegiata de San Isidro Labrador, antes de que el Beato Juan Pablo II consagrara la actual Catedral de la Almudena.

Se presentó el Icono a los asistentes y se hizo una monición en la que explicaba también el motivo de la peregrinación. Se rezó un Rosario por la Vida y a las 20:00 se celebró la Eucaristía, celebrada por uno de los tres Obispos Auxiliares de Madrid, monseñor César Augusto Franco. En la misa, ante más de 400 personas que se hallaban en la Iglesia, el D. César habló a favor de la defensa de la vida. Tras la misa los Congregantes de San Isidro nos mostraron las urnas de cristal en las que se conservan los restos mortales de San Isidro y su mujer Santa María de la Cabeza, patronos de Madrid y de los Agricultores, en una hornacina detrás y por encima del Altar Mayor. Allí, ante los Patronos de Madrid, la Imagen de la Virgen de Czestochowa pasó la noche.

Día 8 de febrero. A las 10:00 salimos de la Colegiata en procesión hasta el vehículo, y llevamos el Icono de la Virgen hasta la Iglesia de Santa María de los Ángeles, que celebra un Año Jubilar con motivo del Centenario de su Consagración. Santa María de los Ángeles está vinculada a la fundación del Opus Dei. En esta Iglesia durante la mañana se sucedieron los actos de culto habituales, en los que se mencionó la presencia del Icono de Nuestra Señora, pero no fue hasta la tarde cuando comenzaron los actos propiamente dichos.

A las 20:00 se celebró el rezo del santo Rosario por la Vida. El número de personas presentes en la iglesia se elevó hasta rondar las 400. Terminado el santo rosario comenzó la Santa Misa, en cuya homilía el párroco mencionó que la defensa de la dignidad del hombre y de la vida era necesario para la vida del cristiano. Terminada la Misa, la Delegación de Infancia y Juventud del Arzobispado, celebró un acto de Oración ante la Virgen, en el que por una hora se meditó sobre la figura de María en la historia de la Salvación. Terminada la ceremonia la Imagen de nuestra Señora permaneció en la misma iglesia hasta la mañana siguiente.