El viernes 13 de septiembre, el icono peregrino fue trasladado del Monte Santa María a la Capilla de Santa María en la colina del Santuario Nacional de la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes.
En este lugar, en 1724, los católicos vinieron a buscar consuelo de la persecución religiosa. Los primeros católicos llegaron a Maryland en 1634. La colonia que fundaron (Tierra de María), fue la primera en respetar de forma explícita los derechos de practicar libremente la fe. Pero en 1645, durante la Guerra Civil Inglesa, los puritanos de la colonia vecina de Jamestown, Virginia, invadieron y quemaron la Ciudad de Santa María hasta sus cimientos.
El amado padre Andrew White, S.J., el Apóstol de Maryland, fue arrestado por su prédica católica y llevado encadenado a Inglaterra, donde nunca regresó.
En 1724, un grupo de católico huyó de la Ciudad de Santa María para buscar nuevamente un lugar en donde poder practicar libremente su fe católica. Liderados por la familia Elder, viajaron cientos de millas al noroeste hasta un territorio que llamaron Montaña Santa María. La leyenda cuenta que una luz que venía de la montaña los guió. En 1791, el padre John Dubois escapó de la violencia e intolerancia de la Revolución Francesa, y llegó a Norte América con una carta del héroe francés que luchó en la Revolución Norteamericana y amigo de George Washington, el Marqués de Lafayette, para el presidente James Monroe. Uno de los estudiantes del padre Dubois en el colegio fue el sanguinario Robespierre, uno de los líderes de la Revolución Francesa. En América del Norte, el padre Dubois fue recibido cordialmente por el presidente Monroe, y el héroe de la Revolución Norteamericana, Patrick Henry le enseñó el idioma inglés.
Santa Elizabeth Ann Seton fundó también las Hermanas de la Caridad, dedicadas al servicio de los niños y de los pobres de Emmitsburg. Aquí, la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes, que data de 1875, es la réplica más antigua de la Gruta francesa. Las apariciones de Santa Bernardita Soubirous en Lourdes ocurrieron en 1858.
Me sentí honrado en celebrar misa con la concurrencia de cerca de cien personas, incluido muchos sacerdotes y seminaristas. El padre Frederick Miller ofreció una poderosa homilía demostrando los numerosos “tipos” de María en el Antiguo Testamento y enseñando cómo la Santísima Virgen María es la que logrará, con la dirección de su Hijo, aplastar la cabeza de Satanás y llevar a término la cultura de la muerte.
Luego de la misa, se realizó una procesión nocturna hasta la Gruta mientras las personas recitaban el rosario y cantaban himnos en honor a Santa María. En la Gruta, las personas se acercaron a venerar y tocar sus estampitas al Icono. Un seminarista polaco de Monte Santa María cantó Czarna Madonna. ¡Realmente fue una noche llena de gracias!