En la tarde del sábado 10 de mayo comenzaron las visitas de la Virgen de Czestochowa, también conocido como "Madonna Negra", en las parroquias de Chicago. El Icono está viajando de parroquia en parroquia por toda la arquidiócesis, bajo el auspicio de Su Eminencia el Cardenal Francis George, OMI, Arzobispo de Chicago.
La visita del Icono ha sido organizada por Elizabeth Ceisel-Mikowska, presidenta de la Sociedad de Amigos de la Fundación de Juan Pablo II Capítulo de Chicago, quien merece un reconocimiento especial por su participación y su gran ayuda en la coordinación de la visita de la Virgen en la Arquidiócesis de Chicago. Gracias a la dedicación del reconocido carpintero y escultor Jan (Juan) Słodyczka, la visibilidad del Icono mientras recorre las calles ha sido posible, ya que él y su amigo Stefan (Stephen), construyeron un nuevo "móvil de la vida" para Nuestra Madre Santísima con una velocidad y habilidad increíble.
La parroquia de San Fernando fue el primer lugar de la visita, donde la Santísima Virgen fue acogida solemnemente. El patrón de la parroquia, San Fernando, fue el gobernante de Castilla y Sevilla en el siglo XII. A lo largo de toda su vida protegió a su pueblo, ayudó a la Iglesia y estableció la paz entre facciones en guerra.
El párroco de la parroquia, padre Zdzisław Torba, originario de la diócesis de Lublin en Polonia, es un sacerdote muy trabajador y dedicado. La parroquia es muy activa y tiene muchos grupos pastorales. La Congregación de las Hermanas Misioneras de Cristo Rey para los inmigrantes polacos, junto con su madre superiora, Sor Anna Strycharz, ayudan al padre Torba en su parroquia.
Nuestra Santísima Madre llegó a tiempo para la misa que se celebra aquí cada 10 del mes por la intención de Polonia. Nuestra Señora se detuvo en la entrada principal de la iglesia en su "móvil de la vida", adornada con flores. La esperaba los sacerdotes, las hermanas religiosas, los Caballeros de Colón en guardia de honor, y una gran multitud de los creyentes con coloridas banderas y pancartas. Muchos de los fieles iban vestidos con sus trajes tradicionales representando a las diferentes regiones de Polonia. Feligreses de otras nacionalidades también estaban presentes; principalmente filipinos, algunos italianos y estadounidenses de origen irlandés.
Tras la ceremonia de bienvenida, el Icono de la Virgen fue llevado dentro de la iglesia en una procesión solemne y colocada en una plataforma en el santuario creada especialmente para la ocasión. La plataforma estaba cubierta con la bandera polaca blanca y roja rodeada de hermosas flores. Se realizó la santa misa por la intención de Polonia celebrada por el párroco de la parroquia. Inmediatamente después de la misa, el padre Peter West, Vicepresidente para las Misiones para Vida Humana Internacional y coordinador de la peregrinación en los Estados Unidos, junto con la señora Ewa Kowalewska, directora de VHI-Polonia, dieron una charla sobre el Icono y la campaña de peregrinación.
La veneración individual del Icono comenzó después de cantar el himno polaco de Jasna Góra (Apel Jasnogórski). Las personas se acercaban una a una solemnemente ante el rostro de la Madre de Dios besando el Icono y tocándolo con las estampitas preparadas por VHI para el propósito. Muchos de los fieles se conmovieron hasta las lágrimas. La fila no se redujo hasta la medianoche. Numerosos grupos de oración se quedaron para orar y velar con la Santísima Virgen durante toda la noche hasta la madrugada del domingo. El grupo de jóvenes "Lednica" lideró las vísperas de la Santísima Virgen María. El grupo de jóvenes músicos "Radość" (alegría) de la Escuela Católica Polaca preparó un conmovedor Via Crucis en defensa de la vida del no nacido en los dos idiomas, polaco e inglés. Un organista y el grupo de jóvenes músicos prepararon el canto del himno Akathist en polaco. Los versos del himno se proyectaron, permitiendo a los fieles unirse en el canto de la oración más antigua de la Iglesia, alabando a la Madre de Dios. Esto creó un hermoso clima de oración y meditación durante la veneración individual del Icono.
Los arreglos musicales fueron muy bien preparados. Varios grupos se turnaron en la conducción de la recitación de los misterios del santo rosario. Después de la medianoche, las oraciones fueron dirigidas por el grupo pro-vida de la parroquia, seguido por los miembros de la Legión de María, el Club del Buen Pastor, un grupo que integra a los inmigrantes polacos, y el Highlander Club Polaco. Por la mañana, se recitaron los maitines y se cantó el Pequeño Oficio de Nuestra Señora. Como cada domingo, se realizaron siete misas, tres en polaco y cuatro en inglés. El Boys and Girls Scouts of America mantuvieron la siguiente guardia. A las tres de la tarde, el "Faustinum" Asociación de los Apóstoles de la Divina Misericordia lideró la Coronilla de la Divina Misericordia. La veneración del Icono continuó con los estudiantes de la escuela de la parroquia de San Fernando y de la Escuela de Notre Dame para las niñas.
Para concluir la visita del Icono de Nuestra Señora, el Reverendísimo John R. Manz, Obispo Auxiliar de Chicago, concelebró el sacrificio de la santa misa en inglés con el párroco, padre Torba y el padre Peter West. 
Al final de la misa, el señor Lech Kowalewski agradeció Obispo Manz por su apoyo a la peregrinación del Icono de Czestochowa de Océano a Océano, y la señora Ewa Kowalewska dio al obispo un icono en miniatura de Nuestra Señora de Kazan. El padre West, quien ha estado viajando con el Icono de Nuestra Señora de Czestochowa a través de los Estados Unidos por los últimos ocho meses, recibió unas palabras de agradecimiento. También recibió una gorguera, una pieza ornamental de armadura de plata, con la imagen del Icono de Czestochowa. Se comentó medio en serio que al padre West se lo ha nombrado Caballero de la Madre de Dios, recibiendo un título honorífico polaco. De hecho, debido a sus frecuentes visitas a las parroquias polacas, el padre West es ahora capaz de saludar a los demás y también rezar el "Padre Nuestro" en polaco.
Después de la ceremonia de despedida, el Icono se colocó en el “móvil de la vida”, escoltado por una pequeña comitiva a la parroquia jesuita de San Ladislao, donde ya esperaban a la Virgen.