Los feligreses fueron hasta la parroquia anterior para recibir el Icono y la llevaron hasta la Iglesia San Miguel Arcángel en caravana. Aquí permaneció el fin de semana. El lunes fue trasladada hasta el recinto San Bernabé, fue muy emotivo, ya que se encontraban en las fiestas patronales del Apóstol.
Ahí recibió la veneración de toda la comunidad parroquial durante casi una semana. Se organizó con los grupos de catequesis de primera comunión y confirmación para rezar el santo rosario meditando cada misterio, también, a través de los líderes parroquiales se dio charlas sobre el valor de la vida, la defensa de la vida del no nacido desde su concepción hasta su muerte natural, haciendo mucho hincapié las consecuencias del mal moral, sicológico y físico.
“Fue muy bonito compartir esas charlas con los jóvenes porque logramos que ellos aprendan estos valores que quizá en los colegios y en la universidad se las dan muy superficialmente, y desde el punto de vista de la fe y de la iglesia lo impartimos con una perspectiva de la moral cristiana”, comentó el párroco, padre Julio Mejía, quien acompañó en todo momento a los fieles en los encuentros, las medicaciones y la santa misa.