En la mañana del 4 de agosto, Nuestra Señora viajó cerca de 150 kilómetros por la costa báltica y llegó a la tercera ciudad más grande de Letonia, Liepaja, conocida como “Ciudad de los Vientos”. La hermosa catedral de San José está localizada en el corazón de la ciudad, cerca del mercado y de la estación de tranvía.
Las grandes pancartas colgadas con la información sobre la peregrinación del Icono de Czestochowa por la protección de la vida, había causado impacto en las personas, que querían venerar al Icono de Nuestra Bendita Madre, que se congregaban en grandes números desde la región de la costa del Báltico y que durante tres horas continuaban llegando.
La siguiente parada fue en Jelgava. Durante la santa misa, se realizó las promeses para la Adopción Espiritual de los no nacidos. Después de la misa, dos obispos católicos cargaron el Icono de Czestochowa en procesión a una vecina parroquia ortodoxa. Camino a la iglesia ortodoxa, dos clérigos con atuendos litúrgicos recibieron el Icono y lo entraron a su iglesia. El pastor de la parroquia ortodoxa saludó cordialmente al sacerdote y a los fieles católicos, quienes llenaron la iglesia. A petición del clérigo ortodoxo, el Icono fue transferido a su vehículo. Como resultado de esto, el último tramo en Letonia, al poblado en la frontera de Lituania, Skaistkalne, Nuestra Señora fue escoltada por dos vehículos representativos de ambas iglesias, católica y ortodoxa.
De esta manera, la Bendita Madre llegó al segundo santuario de Letonia, el primero fue en Aglona (que visitó el 29 de julio, en Skaistskalne). Aquí, el Icono de la “Nuestra Señora Milagrosa, Protectora de las familias letonas”, es venerado. Este mismo día, llegaron peregrinos de todas partes de Letonia y Lituania, debido a las indulgencias que se otorgan en la festividad de Nuestra Señora Milagrosa de Skaistkalne. Todos los años, en el primer domingo de agosto, se realizan las festividades principales “Kaņepenes”, en la iglesia de Nuestra Señora de Skaistkalne, donde se ora especialmente por los enfermos, las parejas de matrimonios y por todas las familias de Letonia, para que crezcan ellos y sus familiares en el amor de Dios, y de esta manera ellos puedan tener una fe fortalecida, con familias fuertes y saludables, y con valores cristianos que son la base de la vida.
Al terminar la ceremonia de la peregrinación de Nuestra Señora de Czestochowa, los católicos expresaron su gratitud a los conductores y coordinadores ortodoxos, quienes cargaron y participaron juntos en la celebración. “Al final, todos servimos a una misma causa”.