Colocado junto a la figura del Cristo Redentor en el Monte Corcovado, que se alza sobre Río de Janeiro, el Icono de Nuestra Señora de Czestochowa, peregrinando por el mundo con la intención de defender la civilización de la vida y el amor, fue venerado por el Movimiento de Adopción Espiritual durante la noche del viernes al sábado (11/12 de abril de 2025).
A la vigilia también asistieron mujeres que habían recibido ayuda en la Casa da Gestante Provida en Nilópolis. Estas mujeres compartieron conmovedores testimonios. Este es uno de ellos.
Maria das Dores Hipólito Pires, conocida como Doris Hipólito, es maestra, educadora y fundadora de un proyecto que inició en Baixada Fluminense al darse cuenta de cuántas estudiantes optaban por el aborto y luego sufrían durante muchos años. En 2007, fundó la primera Casa do Amparo, un refugio donde las mujeres con embarazos en crisis podían alojarse. Hoy existen tres de estos hogares: en Nova Iguaçu, Belford Roxo y Nilópolis.
Ana Carolina relató cómo, a los 17 años, en un momento de completa desesperación, acudió en busca de ayuda a uno de estos centros. Su embarazo no había sido planeado, ya tenía dos hijos y su situación económica era dramática. Tras intentos fallidos de abortar con hierbas y un intento de suicidio, fue su pareja quien le sugirió buscar apoyo allí.
Ella acudió y contó toda su historia a Doris, quien simplemente le preguntó: —¿Sabes siquiera de dónde vienen los bebés? Y yo respondí: —¡No! ¡No tengo idea del tiempo, del sexo, no sé nada! —contó Ana Carolina.
—Entonces Dóris salió un momento y regresó —continuó Ana Carolina—. Cuando entró por la puerta y vi lo que traía, me conmoví profundamente. Aún hoy, el recuerdo de ese momento me emociona. Traía un gran paquete con un ajuar de bebé, todo de color rosa. Me dijo: —Tu bebé es una niña, ¡y esta niña se convertirá en tu mejor amiga!
—Desde ese momento comenzó mi sanación. Viviendo en el refugio, recibí catequesis, conocí la Iglesia Católica y me instruí sobre la conversión y la sanación interior — subrayó.
—Más tarde, Doris me envió a una comunidad católica, donde pasé otro año viviendo en pureza, honrando y alabando al Señor Dios, y continuando mis estudios —añadió.
Hoy han pasado nueve años. Ana Carolina vive con su esposo y sus hijos. Es voluntaria en la Casa da Gestante, ya que desea ayudar a otras mujeres. Su sueño es convertirse en enfermera para poder apoyar mejor a mujeres con embarazos en crisis.
— Recibir el Icono Peregrino de Nuestra Señora de Czestochowa a los pies del Cristo Redentor fue una experiencia única para nosotros. Vivimos momentos de oración, alabanza y adoración con la intención de proteger la vida de los más débiles: los no nacidos, los enfermos y los ancianos. Nuestra fe se fortaleció, y comprendimos que, solos, no somos capaces de vencer la civilización de la muerte; sólo gracias al cuidado maternal de la Virgen María y a la gracia de Dios podemos seguir defendiendo la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. ¡Nuestra Señora de Czestochowa, intercede y obtén de tu Hijo la victoria de la civilización de la vida y del amor!
¡Nuestra Señora de Czestochowa, ruega por nosotros! —proclaman los representantes del Movimiento de Adopción Espiritual.
