La partida de Nuestra Señora el domingo en la mañana fue muy emocionante. Los fieles la despedían con pañuelos blancos en sus manos. El pastor, padre Krzysztof Ryszka, dijo que debido a que eran de Bielska-Biala, debían despedirla de blanco (“biala” significa blanco).
Se veía muy bonito todo. Muchos tenían lágrimas en sus ojos. Los polacos tienen el privilegio que Nuestra Señora de Czestochowa reside en su país, y actualmente otra copia del Icono está comenzando a peregrinar por la nación, visitando diferentes diócesis, ahora está en Torun.
El “Vida Móvil” ya se encontraba enganchado al vehículo de los defensores de la vida checos. Tanto los stickers como las señales magnéticas ya habían sido transferidas. Los polacos acompañaron la caravana por un buen tramo hasta que estuvieron seguros que el nuevo vehículo podía manejar hasta el siguiente destino.
Hubo una pequeña parada en la frontera. Las banderas fueron intercambiadas y una verificación técnica se realizó a la urna de cristal (del Icono). Al final, la Bendita Madre fue despedida por los residentes de Cieszyn, quienes esperaban en la frontera, y cruzó hacia el lado de Olza, con la urna de cristal ya adornada hermosamente con una bandera checa grande.
Mientras el Icono dejaba Lituania en Marijampole, caía un torrencial aguacero. Cuando se llegó a la frontera con Polonia, ya era una pequeña llovizna. Luego, cuando Nuestra Señora dejó Bielska-Biala, la situación fue similar. El clima durante la peregrinación fue muy revelador. Luego de entrar en Polonia, salió el sol y hasta hacía un poco de calor. En Varsovia, justo antes de dirigirse a Żoliborz desde Varsovia – Praga, comenzó a soplar un fuerte viento y las primeras gotas de lluvia cayeron. Afortunadamente, la tormenta pasó cerca de nuestra ruta. En Lodz, cuando ya todos estaban dentro de la catedral un torrencial aguacero se había desatado, sin embargo, después de que terminó la celebración no había quedado ningún signo de la tormenta. En Cracovia, la lluvia cayó después de la media noche, justamente cuando se terminaba de realizar los arreglos de la suspensión del remolque del “Vida Móvil”. El sábado 25 de agosto, la lluvia caía por toda Polonia, pero en la ruta que viajaba Nuestra Señora no había ningún signo de tormenta. Sólo el domingo apareció la lluvia, así como las lágrimas de despedida, que comenzaba a desvanecerse al otro lado de la frontera checa, y en Ostrawa durante la misa, el sol finalmente resplandeció. ¡Gracias sean dadas a Dios!