A pesar del gran deseo de estar presentes en la celebración Eucarística en San Gallen en la frontera suiza, los representantes de las organizaciones pro-vida de Alemania no pudieron llegar a tiempo. Todo comenzó con un desperfecto en el motor del carro, que simplemente “no encendía”. Frustrados, tuvieron que arrendar un vehículo que tuviera las características necesarias para poder manejar directamente hasta la catedral de la ciudad de Konstanz.
Este era el lugar inicial para recibir a Nuestra Bendita Madre ya en suelo alemán. El Icono fue llevado hasta allí por Alexandra y Hans, los representantes del movimiento pro-vida suizo. Konstanz es una ciudad muy antigua en el estado de Baden-Württemberg, localizado en lago Bodensee, justo en el lugar donde nace el río Rin. La ciudad fue fundada como una fortaleza romana en el siglo III por Constancio Cloro, padre de Constantino el Grande. Durante la Edad Media la ciudad estuvo bajo el dominio directo del emperador y fue capital de la mayor diócesis católica al norte de los Alpes en existencia desde el siglo IV. En los años 1414 – 1418, se desarrolló el Concilio de Constanza dando lugar a un cónclave que eligió al Papa Martin V, terminando así el gran cisma de Occidente.
En la tarde del 24 de octubre, Nuestra Bendita Madre arribó a la catedral y basílica de la Santísima Virgen María en Konstanz. Muchas personas llegaron solo con la intensión de saludar a la Virgen Negra, a la que llamaban afectuosamente “Amiga Negra”.
El reverendo decano Dr. Mathias Trennert-Helwig, junto con el pastor de la Misión Católica Polaca de Freiburg, padre Stanislaw Stec, dieron la bienvenida a Nuestra Bendita Madre en el portal principal de la basílica y la entraron solemnemente en la iglesia. El coordinador de la peregrinación del Icono de la Czestochowa en Alemania, Georg Fleischman, expuso las intenciones de la peregrinación.
Después, se celebró la Liturgia de la Santa Eucaristía, donde Nuestra Bendita Madre fue solemnemente recibida por el pueblo alemán. Luego de un momento de veneración, se procedió a acompañarla en bote a un paseo por el lago. La cantidad de feligreses era tanta que se tuvo que retrasar su viaje a Lindau por media hora.
El grupo “Jóvenes 2000” preparó las oraciones devocionales en Lindau. Desafortunadamente, había que darse prisa porque en Wigratzbad ya estaban esperando a Nuestra Señora. Actualmente, Wigratzbad es reconocida por ser el centro de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP), una comunidad tradicional de sacerdotes católicos romanos, fieles a la Sede Apostólica.
De acuerdo al cronograma, el custodio del santuario, el padre Nikolaus Maier dio la bienvenida a Nuestra Bendita Madre en el Icono de la Czestochowa mientras era llevada en procesión adentro de la capilla. Un número vasto de feligreses acompañaron la Santa Eucaristía, la capilla estaba llena. En la homilía, el padre Maier sin ambigüedades tocó la problemática de la protección de la vida humana. Dijo que en estos tiempos, en el llamado mundo occidental progresista, la dignidad humana es tratada con un gran irrespeto. Después de la Santa Misa, la veneración continuó, pero la llegada de la despedida fue muy corta, a Nuestra Bendita Madre la esperaban esa misma noche en la Misión Polaca de Múnich.