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Nuestra Señora de Czestochowa arribó exactamente a las 16h00 donde le esperaba un animoso grupo de fieles. El director del Santuario, padre Alan Williams le dio la bienvenida en la Capilla Slipper, lugar del Santuario Nacional Católico Romano de Nuestra Señora en Inglaterra, donde se la recibió con incienso y con el Salve Regina.

Fue conmovedor que Nuestra Señora, en su viaje misionero en defensa de la vida, la familia y el matrimonio, haga su primera parada en Walsingham. La Capilla Slipper, principal santuario de la Encarnación en honor a la primera alegría de Nuestra Señora… la Anunciación, y símbolo de la Sagrada Familia de Nazaret, en los años ocultos de formación de Cristo. En este Santuario Nacional de Nuestra Señora se ora fervientemente por los sufrimientos y tormentos de las almas de Inglaterra… por cómo Inglaterra necesita a Cristo y a su Santa Madre… una Inglaterra que necesita regresar a su antigua fe y al amor de Jesús, como lo predijo la profecía del Papa León XIII… “Cuando Inglaterra regrese a Walsingham, Nuestra Señora regresará a Inglaterra”.

Entre cantos de Ave María, se entró al Icono en procesión a la Capilla de Nuestra Señora de la Reconciliación, donde permanecerá hasta su partida el viernes. Luego siguieron himnos tradicionales entonados por la pequeña comunidad ortodoxa rusa de Walsingham, liderada por el arcipreste Philip. Luego guió a la comunidad en la solemne veneración al Icono en la forma tradicional ortodoxa. Se notó una gran devoción y profundo amor en estos momentos reflexivos de completo silencio.

El Dr. Tom Ward, uno de los Organizadores Internacionales De Océano a Océano, habló brevemente acerca de esta misión peregrina y también anotó el gran deseo del Beato Juan Pablo II de que la Iglesia llegara a respirar con dos pulmones… católicos y ortodoxos… realmente sentimos algo de ese sabor en la ceremonia de bienvenida. Debemos rezar incesantemente para que ese día llegue.

El padre Ian Kelly realizó el discurso de apertura al Retiro y habló emotivamente sobre “Jesús nuestra fuente de vida”. Rara vez escucho a un sacerdote hablar con tanta profundidad sobre el amor de Cristo y su gran deseo de intimidad en una relación con cada uno de nosotros. Gracias padre. A las oraciones en la noche le siguieron un momento de silencio y las veneraciones de las personas iban y venían.

Le siguió la vigilia eucarística de adoración, liderado por el padre Kelly y Antonia Moffat. Un momento de adoración intensa, reparación e intercesión ante Jesús, realmente presente en el Sagrado Sacramento junto a Nuestra Señora. Vertimos nuestras preocupaciones sobre el matrimonio, la vida y la familia al Señor y oramos profundamente y devotamente en silencio; luego vino el Rosario. Se sentía una fuerza extraordinaria en la atmósfera de la Capilla. El Icono estaba hermosamente arreglado con flores y velas; y teníamos a Jesús, presente con nosotros, contra los vitrales nuevos que representaban las apariciones de Walsingham… uno no podría dejar de conmoverse y seguir en oración.

En un momento de la vigilia debimos llamar a la ambulancia… aunque la persona necesitada de asistencia mejoró, los dos paramédicos no dejaban de sorprenderse por esa atmósfera llena de poder que percibieron al entrar a la Capilla… casi llorando… estaban sintiendo algo que nunca habían experimentado con anterioridad. Después de tratar a la señora enferma y antes de partir, los paramédicos veneraron también el Icono y encomendaron sus familias y sus relaciones a Jesús y a María. Esto fue un momento excepcional de gracia. Eso demuestra el deseo del corazón de las personas a algo más de lo que esta vida ofrece.

Que Nuestra Señora de Czestochowa, Reina y Estrella de Polonia, Madre de la Nueva Evangelización y de la Vida nos otorgue la gracia que necesitamos para que Inglaterra retorne a Ella, en el amor y la fidelidad a Jesucristo. Rezamos por ese día… y ténganlo en mente… “Cuando Inglaterra regrese a Walsingham, Nuestra Señora regresará a Inglaterra”.

El programa en Walsingham continúa con una procesión de reparación a lo largo de la Santa Milla por los pecados cometidos contra la vida.

¡Ave María! ¡Ave María! ¡Ave María!

Edmund Adamus