En la noche, el Icono de la Madre de Dios tuvo que recorrer 30 kilómetros. Dejó el distrito XV de Paris para ir a la parroquia de San Jorge en Belloy-en-France, un lugar al norte de las afueras de la capital, cerca de Chantilly y Senlis. Bernardo había estado detenido por el tráfico de Paris. Llegó tarde. A esas Alturas, ya había cerca de mil personas en la iglesia.
El pastor, Fr. Francois Scrive, celebró la Santa Misa a las 20h00. Luego de eso, a las 21h00 cuatro parroquianos cargaron solemnemente a la Madre de Dios hasta la iglesia. Se la colocó a los pies del presbiterio. Las oraciones de vigilia incluyeron el Santo Rosario y la Letanía de Loreto, intercalado con hermosas canciones tradicionales a la Virgen María, en francés y en latín. Se renovó el Acto de Subordinación a la Protección de la Civilización de la Vida y el Amor a la Madre de Dios. Luego vino el momento más esperado de la noche, la adoración al Santísimo Sacramento y el tributo a la Madre de Dios. La custodia se colocó justamente al frente del Icono. Hubo un momento de profunda oración en silencio y en absoluta concentración. Fr. Scrive no había experimentado, desde hace mucho tiempo, un momento tan poderoso con su congregación: “Durante el rosario y la adoración pudimos sentir realmente la presencia de Nuestra Señora. Fue una gran experiencia para mí y para la congregación”.
El padre Scrive tuvo conocimiento de la peregrinación mediante una mujer de su parroquia. No lo pensó ni cinco minutos. Él fue uno de los primeros en contactarse con los organizadores. La reunión con Nuestra Señora se realizó el día cuando la Iglesia celebra a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Esto fue una razón más para alegrarse.
La parroquia de San Jorge en Belloy-en-France no es una parroquia típica de Francia. Ellos celebran misa con la tradición latina y gregoriana. El pastor anterior, que trabajó por 39 años, realizó pequeños cambios cuando el Concilio Vaticano II entró en vigor. El obispo respetó la decisión del cura, y cuando éste se retiró, se buscó un sacerdote que pudiera asegurar la continuidad de esas celebraciones.
Fr. Scrive, nacido en la región de Lille, y educado en el Seminario Ucraniano en Roma, tomó el reto. Él ha mantenido mayormente la liturgia latina, así como el traje tradicional del cura y el monaguillo.
La parroquia tiene como tradición realizar oraciones de vigilias en defensa de la vida. Se realizan en la primera semana de Adviento. Este año el objetivo es orar por las leyes que deforman la concepción del matrimonio. La visita de Nuestra Señora de Czestochowa es una perfecta introducción a este tiempo de oración, opuesto a las decisiones gubernamentales que perjudican en sobremanera la dignidad del hombre
Agata – Corresponsal en Francia