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El 20 de mayo, católicos ortodoxos organizaron en Moscú una manifestación con cuatro carros en defensa de la vida llamada “Detengamos el aborto”. Cientos de personas y docenas de carros se sumaron a esta iniciativa. La caravana partió en la iglesia ortodoxa de la Asunción de la Santísima Virgen María en el centro de Moscú, con oraciones ante el Icono peregrino.

El padre Maxim Obukhov, famoso líder del movimiento pro-vida ortodoxo en Rusia, dio un sermón sobre la participación en la defensa de la vida humana. Luego los fieles movieron el Icono, de forma ceremoniosa y con cánticos, a uno de los carros para que la Madre de Dios también participe del evento, una demostración en la defensa de los no nacidos. Una columna de carros con banderines, posters y banners pro-vida partió de la carretera de la circunvalación interior de Moscú, como siempre, esto llamó mucho la atención. Esta clase de manifestaciones, que es una innovadora idea rusa se realizó por cuarta vez. Moscú es un área urbana muy extensa, las principales arterias incluso constan de ocho carriles en una sola dirección y el tráfico es muy pesado. La aparición de la columna de carros con banners pro-vida al principio causó gran sorpresa y era imposible no darse cuenta de ella. Debemos recordar que hasta hace pocos años era absolutamente imposible organizar cualquier demostración en defensa de la vida en Rusia.

En los posters se podía ver hermosos niños con sus madres, familias y frases que decía: “Rusia sin abortos”, “Matar a los no nacidos es la mayor vergüenza para Rusia”, “Por la Vida”, etc. muchas familias con sus hijos también nos acompañaban en carros. Muy significativo fue la reacción de los conductores que pasaban esta particular columna, quienes hacían sonar sus tipos y saludaban, expresando su aprobación y solidaridad. La policía no intervino, porque la organización había solicitado previamente la aprobación de evento. Luego del recorrido, los carros regresaron a la iglesia, donde el Icono de Czestochowa fue colocado, invitando a todos los fieles a orar individualmente ante Ella.