Viernes, 4 de enero de 2013
Ya con el equipo de Huesca, formado por Esteban y Alfonso, llegamos a Huesca.
En la catedral nos esperaba el Señor Obispo, Don Julián Ruiz, que recibió a la Imagen solemnemente en la Catedral, mientras repicaban alegremente las campanas. El Señor Obispo celebró la Santa Misa en honor de Nuestra Señora, en la que habló sobre la cultura de la vida frente a la actual cultura de muerte.
Finalizada la Eucaristía, volvieron a replicar las campanas, mientras partíamos en procesión, presidida por la cruz procesional de la Catedral, y acompañada por el Obispo con capa pluvial, hasta el Convento de Carmelitas Calzadas de Nuestra Señora de la Asunción, situado a unos 200 metros de la catedral, y con escolta de honor policial.
En este Convento de Carmelitas, nos recibieron las hermanas con cantos africanos en honor a la Virgen, y seguidamente se rezó la Oración de Visperas, presidida por el Sr. Obispo que presentó la imagen a la comunidad.
Tras la visita a este convento nos dirigimos con el Icono de la Virgen hasta el Convento de las Clarisas, donde pasó la noche, en compañia de Jesús Sacramentado, que fue expuesto toda la noche, para ser adorado en turnos que duraron hasta las 8:00 de la mañana.
Sábado, 5 de enero
Tras las largas horas nocturnas de Adoración ante el Santísimo, se hizo la reserva del mismo, en el convento de las Clarisas antes de las 8:00, hora a la que comenzó la Eucaristía, presidida por el Obispo emérito de Tenerife D. Damián Iguacen, que, a sus más de noventa años, colaboró de esta forma con la campaña, y en su homilía recordó la importancia de la defensa de la vida para el bien de la sociedad.
Terminada la Santa Misa, nos dirigimos hasta el Convento de Santa Teresa de las Carmelitas Descalzas, donde se continuaron los actos, con una presentación del Icono ante las hermanas, incidiendo en el motivo de la peregrinación y pidiendo la oración para la defensa de la vida, a lo que la comunidad respondió con una renovación por parte de ellas de sus votos ante la imagen de la Virgen, y una petición especial por la defensa de la vida. Rezaron un Rosario por la vida, seguido de la Santa Misa, en la que recibieron el testimonio de un matrimonio Joven que contó su experiencia en la defensa de la vida frente a los consejos de los “expertos”, pues son padres de una niña, que antes de nacer todos los médicos les recomendaron abortar, y como hoy esta niña tiene una vida digna de ser vivida.
Tras su estancia en este convento la trasladamos hasta la Parroquia de María Auxiliadora, donde nos esperaba el Sr. Obispo, Don Julián, para celebrar la Santa Misa, en la que contó la historia del Icono, su relación con Polonia, y su relación con la defensa de la vida, y la petición de la peregrinación por la vida y la familia. Contó la celebración con la música y el canto de una profesora de canto del conservatorio de Huesca, que se ofreció a cantar las canciones de la ceremonia.
Tras la Eucaristía el Icono permaneció expuesto a la devoción popular hasta las 17:30, hora en la que en compañía de D. Julián partimos en procesión hasta el Convento de La Encarnación, de las Carmelitas de la Antigua Observancia, conocidas popularmente en Huesca como el de San Miguel o “Las Miguelas”. Aquí se celebró una Adoración al Santísimo con Exposición, durante la cual se rezó un Rosario por la Vida dirigido por miembros de la Delegación de Familia y Defensa de la vida del Obispado de Huesca; la Oración de Vísperas fue cantada por la comunidad.
Todas estas ceremonias las dirigió D. Julián, quien durante las Vísperas dirigió unas palabras en favor de la defensa de la vida, y animó a todos a defenderla. Los actos en este convento terminaron a las 20:00.
Testimonio del Custodio español del Icono de Czestochowa en la Peregrinación:
“Quiero darle las gracias a D. Julian Ruiz, Obispo de Huesca, por su acogida y el interés mostrado en todos los actos; y más sabiendo que no se encontraba bien. Ha sido clave para que todo haya salido tan bien.”
CRÓNICA DE HUESCA
El pasado día 4 los encargados de la organización en Huesca se desplazaron a La Rioja recibir a la Virgen peregrina y trasladarla a la capital del Altoaragón. A las 6 de la tarde, el icono llegó a la plaza de la catedral, y fue recibido solemnemente en una Misa de bienvenida, presidida por el obispo, Mons. Julián Ruiz, y concelebrada por el Vicario General, el Consiliario de Familia y Vida y varios sacerdotes. Un nutrido grupo de fieles participó devotamente en la celebración.
Posteriormente, se trasladaron en procesión hasta el Convento de la Asunción. La Virgen quiso caminar por las calles oscenses, acompañada de unas 300 personas, hasta el primero de los cuatro monasterios de clausura que visitaría en su paso por Huesca. La luz del icono contrastaba con la oscuridad de la noche y resaltaba la belleza y la paz de la imagen de María.
En la Asunción, el obispo y los sacerdotes rezaron las Vísperas con las religiosas y con los fieles que les acompañaban. Fue una celebración muy emotiva para las hermanas que recibían en su casa a la Virgen Peregrina.
Seguidamente, el icono fue trasladado de nuevo en procesión a la plaza de la catedral para desplazarse en el vehículo pro-vida hasta el monasterio de Santa Clara, donde las hermanas clarisas y un grupo numeroso de fieles estaban esperando a la Madre. En la Iglesia le esperaba también su Hijo, expuesto a los fieles para la Adoración Eucarística. Unas cien personas participaron en el rezo del Rosario y la Oración de Juan Pablo II por la vida. Después de la bendición con el Santísimo se iniciaron los turnos de adoración que continuaron durante toda la noche.
Por la mañana, en ese mismo convento de las clarisas se rezaron los Laudes y se celebró la Eucaristía, que estuvo presidida por el Obispo emérito de Tenerife, Don Damián Iguacen.
Después el coche pro-vida trasladó el icono al monasterio de carmelitas descalzas de Santa Teresa, donde fue recibido por su capellán y por toda la comunidad. Allí, durante tres horas, estuvieron haciendo oración: hora intermedia, rosario por la vida, preces, meditación de la palabra de Dios. Fue emocionante el momento en el que las hermanas renovaron su consagración a María, ante el icono de la Virgen Negra.
A las 11:30 el vehículo pro-vida trasladó la imagen a la parroquia de María Auxiliadora, donde el Obispo Don Julián, presidió la Eucaristía en la que concelebraron varios sacerdotes. La iglesia permaneció abierta hasta las 17:30 horas, y acudieron muchos fieles a orar junto a María.
Quedaba la última estación del paso por Huesca de la Virgen Peregrina, el Monasterio de San Miguel. El traslado se realizó también procesionalmente, y de nuevo con la presencia del obispo. Las “miguelas” recibieron a la Virgen con aplausos y muy emocionadas. En su iglesia tuvo lugar una Vigilia de Oración que se inició con el rezo del Rosario por la vida. A continuación, el obispo expuso al Santísimo y, se hizo la adoración con el rezo de la Oración por la vida y las primeras Vísperas de la Epifanía. Después de la Bendición y la reserva se hizo una celebración de despedida con el rezo del “Te deum” y una consagración a la María.
Antes de llevar al Icono en procesión al vehículo pro-vida para seguir su peregrinación hasta Torreciudad, los fieles y las hermanas quisieron fotografiarse ante la imagen para tener un recuerdo de esta emotiva visita. Para los oscenses ha sido una experiencia extraordinaria que ha superado todas las expectativas, y en especial para las religiosas de clausura, algunas de las cuales confesaron que su vocación nació en la JMJ que se celebró en Polonia, en el santuario de Czestochowa.
Por la noche nos dirigimos hasta el Santuario de Torreciudad, donde el Icono de la Virgen pasó la noche.