La noche del día 12 de enero, tras un accidentado viaje de lluvia y viento, recibimos en Teruel el Icono de la Madre de Dios en su advocación de la Virgen de Czestochowa, en su larga y fructífera peregrinación “De océano a océano”. Entró, y como no es para menos, con la escolta de la Policía Municipal, que después de un recorrido por la ciudad del “torico”, la condujo hasta el convento de las Madres Clarisas en el centro de la ciudad.
El día 13, festividad del Bautismo del Señor, el Obispo de Teruel y Albarracín, Monseñor D. Carlos Escribano, presidió una solemne procesión y la Santa Misa en la Catedral, a la que acudieron alrededor de 700 personas. Por la tarde, también en la Catedral, se ofició el Santo Rosario por la vida y la familia.
La jornada ha sido inolvidable con la participación de familias enteras (abuelos, padres, hermanos, hijos y nietos) en un ambiente de gran alegría y fervor por la visita de la Virgen de Czestochowa, nuestra madre. Tampoco queremos olvidar el entusiasmo y la emoción de las familias de origen polaco que están entre nosotros, que nos recordaron el gran amor con que la veneraba nuestro querido Papa Juan Pablo II.
La Virgen ha dejado en nuestros corazones una gran alegría y es ella, por su intercesión, la que hará que volvamos nuestra mirada a la cultura de la vida, que es su mismo Hijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
Delegación de Familia y Vida
Diócesis de Teruel y Albarracín
Día 12 de enero, en Teruel. A la llegada nos esperaba un vehículo de la Policía local, que nos fue escoltando en una vuelta de bienvenida por toda la ciudad. Cuando terminamos el recorrido eran las 23:00, y nos esperaban las HH Clarisas, en su convento de Santa Catalina, para celebrar las Vísperas. Tras las Vísperas, la Virgen fue velada toda la noche por la Comunidad de Clarisas.
Día 13 de enero. Por la mañana la primera Misa en el convento fue a las 10:30. A las 11:30 llegó el señor Obispo, Monseñor Carlos Manuel Escribano, junto con la cruz procesional de la Catedral. Se leyó el Evangelio , y se inició la procesión solemne con unas 200 personas en dos filas, que acompañaron a la imagen desde el convento a la catedral, donde se hizo el recibimiento con un repique de campanas, Nada más llegar nos dimos cuenta que la catedral estaba completamente llena, aproximadamente acudieron unas 700 personas, muchos de ellos gente joven que acompañó a la imagen con cantos. Se colocó el Icono en un lugar principal en el presbiterio de la catedral, junto al Altar Mayor. Leyó una admonición de bienvenida, Renata, una mujer polaca, que expresó su gozo por la llegada de la Virgen de Czestochowa a Teruel, y nos explicó lo que significa este Icono no sólo para los polacos, sino para toda la Iglesia de Oriente.
Comenzó la Misa y en la homilía el obispo presentó la imagen al pueblo, explicó la causa que había motivado la peregrinación y pidió por que se consiguieran los fines que esta peregrinación, y animó también a los presentes a que se organizaran y saliera un grupo de defensores de la vida para ayudar en esta tarea.
Despues de la Misa del señor obispo se celebró otra Eucaristía a las 17:30; a las 18:00 se rezó el Rosario de la vida, dirigido por familias completas, padres, hijos y nietos. Para el Rosario la catedral se volvió a llenar con más de 300 personas, lo cual es un mérito para una ciudad tan pequeña como Teruel.
Terminado el rosario salimos en procesión hasta el convento de las Clarisas, donde nos esperaba el “Life movile”, que llevaría la Sagrada Imagen hasta la costa mediterránea. Al salir de Teruel, nos despidieron unos copos de nieve que no auguraban nada bueno, pero con la ayuda de Nuestra Señora las dificultades se superaron y el viaje fue tranquilo.