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El Icono llegó a Krasnoyarsk el 20 de junio. Galina e Igor viajaron por la ruta del ferrocarril transiberiano por 93 horas para llegar a esta gran ciudad en el centro de Siberia. Aleksey llegó con el Icono en la van luego de algunas horas. La van presentó algunos desperfectos debido al deterioro de las carreteras, así que debió detenerse algunas veces durante el recorrido para hacer reparaciones. Galina, cansada del viaje, comentó: “confort soviético para los pasajeros del tren”.

No pudieron tener boletos para el mismo compartimiento; pero tuvieron suerte de estar en el mismo vagón. Multitud de personas embarcaban y desembarcaban en cada parada, la mayoría eran chinos, que emigraban a Siberia en búsqueda de trabajo.

Esto no estaba previsto en los planes. Nuestra Señora navegó por uno de los ríos más largos de Sibera, el Yenisey, bendiciendo la ciudad. A petición de la diócesis ortodoxa de Krasnoyarsk, una unidad del Ministerio de Situaciones Extraordinarias facilitó un bote para que Nuestra Señora de Czestochowa sea ubicada junto con una escolta. El padre Pawel, sacerdote ortodoxo, acompañó a la Madre de Dios a nombre de la iglesia local, orando y cantando el himno Akathist a Nuestra Señora, mientras el boto recorría la rivera del río. De acuerdo a Galina, es difícil describir las reacciones de las personas en los otros botes y barcos que pasaban. Ellos nos saludaban y de distintas formas mostraban su admiración y apoyo. Los pescadores detenían sus labores y nos acompañaban con sus botes en nuestro recorrido, mostrando que la Madre de Dios, reina. En ocasiones, las personas que encontrábamos en el camino, con alegría y reverencia ayudaban a cargar y descargar el Icono, orando y besando a la Madre de Dios en las manos. Luego de la oración en la iglesia, Igor ofreció una conferencia para psicólogos en la Universidad de Medicina.