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El 11 de septiembre es un día muy sombrío en América del Norte. El 11 de septiembre del 2001, terroristas de Al-Qaeda realizaron cuatro ataques coordinados sobre la ciudad de Nueva York y Washington D.C., matando a cerca de tres mil personas. De este número, 59 eran pasajeros del vuelo 77 de American, que se estrelló deliberadamente sobre el Pentágono, matando a otras 125 personas que estaban en tierra.

El Icono peregrino de Nuestra Señora de Czestochowa viajó hasta el monumento de las víctimas del 11 de septiembre en el Pentágono, en su viaje a la parroquia de Holy Comforter-St. Cyprian en Washington D.C.

La violencia del 11 de septiembre fue espantosa, conmovedora e impactó de una forma profunda en la sociedad norteamericana, y en la forma de ver al resto del mundo. Pero todos días, en Washington, se vive una violencia horrible que no es reportada en los medios de comunicación. Por ejemplo, existe la violencia del aborto que se comete contra los niños no nacidos bajo la premisa de “salud femenina”. En el 2008, 15.900 mujeres, de las 147.193 mujeres en edad de concebir, quedaron embarazadas en Washington D.C. El 58 % de esos embarazos llegaron a nacer, y el 28 % fueron abortados violentamente. Mientras que en Washington D.C. se promulga una ley de 24 horas de espera antes de obtener un tatuaje o perforación en el cuerpo, no existe restricción sobre el aborto que mata la vida de un hijo por nacer.

Existe una falta de respeto por la vida en su primera etapa de desarrollo, y esta afecta la manera de ver la vida humana en sus otras etapas, especialmente cuando la persona es de otra raza, nacionalidad o religión a la nuestra. La falta de respeto al no nacido también nos hace pensar en otro tipo de personas vulnerables en nuestra sociedad. Esta afecta numerosos problemas, como el crimen en las calles y la forma en la que miramos a otras naciones.

La Beata Madre Teresa de Calcuta dijo en su discurso ante el Desayuno Nacional de Oración en Washington D.C en 1994:

“Pero creo que el más grande destructor de la paz hoy en día es el aborto, porque es una guerra contra la niñez, una matanza directa contra un niño inocente, asesinado por la misma madre. Y si podemos aceptar que una mujer mate a su propio hijo, ¿cómo podemos pedirle a una persona que no mate a otra?... Debido al aborto, una madre no aprende a amar, pero sí aprende a matar, incluso a su propio hijo, para resolver un problema. Y debido al aborto, a un padre se le dice que no debe asumir ninguna responsabilidad por ese hijo que trajo al mundo. Ese padre está propenso a poner a otra mujer en el mismo dilema. Así que el aborto trae más aborto. Cualquier país que acepte el aborto no está enseñando a sus habitantes a amar, sino a utilizar la violencia para alcanzar lo que desean. Es por eso que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto”.

La Iglesia Holy Comforter-St. Cyprian es una luz que brilla en la oscuridad. Está localizada a menos de una milla y media de la capital estadounidense. Esta iglesia tiene parroquianos de mayoría afroamericana, y es un gran lugar donde todos se sienten bienvenidos y acogidos como en casa. 2013 09 11 WashingtonDC3Fue un estupendo espacio para buscar el confort que trae el Espíritu Santo en ese día tan sombrío, y para honrar a Nuestra Señora, ya que los obispos de Estados Unidos encomendaron a la nación bajo el título de Inmaculada Concepción en 1846, varios años antes de la definición formal que realizó el Papa Pio IX en 1854.

Un pequeño pero entusiasmado grupo de personas vino a honrar a la Virgen Negra. Muchos de los congregados no estaban familiarizados o conocían la historia del icono de Nuestra Señora de Czestochowa, pero escuchaban con mucho interés y mostraron entusiasmo y devoción a la explicación del significado del icono y del propósito de la peregrinación De Océano a Océano. Se entonaron cánticos típicos afroamericanos, muy devocionales. El pastor, Msgr. Charles Pope,2013 09 11 WashingtonDC2 es un líder espiritual gentil pero enfático en la comunidad y conocido bloguero sobre la fe católica. El padre James Bradley, un cura de Inglaterra que está estudiando en la Universidad Católica, concelebró la misa. El padre Bradley estuvo con el icono peregrino cuando visitó Londres, a comienzos de este año, y estaba muy feliz de saludar nuevamente a la Virgen Negra esta vez en América del Norte. Después de la misa y de la hora santa, todos se acercaron para recibir una estampa y tocar el Icono. La presencia de Nuestro Señor llenó la iglesia esa noche y todos se sintieron bendecidos que Nuestra Señora de Czestochowa los haya visitado.

Desafortunadamente, cinco días después de la visita, un enfermo mental mató a 12 personas en Washington Naval Yard, solo a milla y media de la iglesia. Este insensible acto de violencia acentuó la necesidad de continuar implorando a Nuestra Señora con nuestras oraciones para que termine la violencia en todas sus formas contra la vida humana, sea este la violencia del aborto, la eutanasia o los crímenes de guerra. La misma sobrevivencia de nuestra nación depende de eso. Ç

¡Nuestra Señora de Czestochowa, ora para que nosotros comprendamos que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, y reconozcamos que nadie tiene el “derecho a decidir” para quitarle la vida a otro ser humano inocente!