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Poco antes de dejar Filadelfia, llevé el Icono donde las Hermanas de la Adoración del Espíritu Santo, también conocidas como las Hermanas Rosadas. Estas hermanas son devotas de la adoración perpetua al Sagrado Sacramento. Estaban sorprendidas y felices de la visita de Nuestra Señora de Czestochowa a su convento, aunque sea por pocas horas.

Yo estaba feliz de llevarles el Icono a las hermanas y pedirles sus oraciones por el éxito de la peregrinación, ya que así lo dijo san Pablo: “Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.” (Efesios 6, 12) El fallecido padre John Hardon, S.J. nos recordaba que no se puede superar el aborto sin la Eucaristía.

El espíritu de paz que invade la vecindad que rodea a las Hermanas Rosadas contrasta con el espíritu del mal, desesperación y decadencia que rodea el vecindario donde se encontraba la antigua clínica de abortos de Kermit Gosnell. Kermit Gosnell fue condenado el 13 de mayo del 2013, de tres cargos de asesinato en primer grado por asesinar a bebes recién nacidos en la clínica de abortos y de un cargo por homicidio involuntario en la muerte de Karnamaya Mongar, una inmigrante de Bután, una nación devastada por la guerra.

En el 2010, cuando la policía y los agentes federales de Filadelfia allanaron la clínica de abortos de Kermit Gosnell por presunto tráfico de droga, encontraron lo que el fiscal del distrito de Filadelfia llamó “una casa de terror”.  Lo primero que llamó la atención fue el hedor a heces de gato y de orina que impregnaba el lugar. Había sangre esparcida tanto en las paredes como en el piso. Encontraron bolsas y botellas con partes de fetos en el edificio, incluyendo el refrigerador donde el personal de la clínica también guardaba su almuerzo. En las repisas había frascos con algunos pies. Encontraron instrumentos sin esterilizar y suministros médicos desechables que habían sido utilizados periódicamente. 

El Gran Jurado reportó que “las mujeres gemían semiconscientes esperando abortar en la sala de espera o en la cuarto de recuperación, sentadas en reclinatorios sucios cubiertos con sábanas manchadas de sangre”. El anestesista era un adolescente. El personal no podía precisar qué medicamentos y qué dosis se administraba a las pacientes. Ninguno de ellos eran enfermeros o médicos entrenados.

Muchos bebés, luego de las 24 semanas, pueden sobrevivir si se les da los cuidados necesarios. Pero Gosnell se hacía cargo para que los bebés murieran. Él inducía la labor de parto, los hacía nacer y luego los mataba a tijeretazos. Cortaba sus cuellos con una tijera, dañando la espina vertebral. Es probable que miles de bebés hayan muerto de esta manera en los 30 años que operó la clínica de abortos de Gosnell. De acuerdo a un reporte del Gran Jurado, “un bebé estaba respirando y moviéndose cuando Gosnell dañó la espina vertebral y puso su cuerpo en una caja plástica de zapatos para luego ser desechada”. Él bromeó que uno de los bebés era tan grande que podía haberlo llevado caminando hasta la parada del bus. Al cortar el cuello de un bebé bromeó con su asistente de 15 años que el bebé que estaba todavía moviéndose parecía un pollo sin cabeza.

La decisión de la Corte Suprema en el caso Roe vs. Wade no ha hecho que el aborto sea más seguro. Simplemente hace que el consultorio del médico, en vez de estar en el callejón, esté en la calle principal. Luego de que el Gobernador pro-vida Bob Casey fuera sucedido por dos gobernadores pro-aborto, el Republicano Tom Ridge, y el Demócrata y católico Ed Rendell, no se realizó ninguna inspección a las clínicas de aborto por más de 15 años. El Gobernador Ridge dijo que “las inspecciones crean una barrera para las mujeres que buscan el aborto”. La multinacional pro-abortista Planificación Familiar y otros movimientos mal llamados de “salud de la mujer” miraron a otro lado cuando se enteraron de las atrocidades de Gosnell y nunca contactaron a funcionarios.

Un empleado dijo que las chicas blancas de los suburbios eran tratadas de forma diferente. “las pacientes blancas muchas veces no esperaban en la misma habitación sucia que las clientes de raza negra o asiática. Gosnell las hacía pasar a la única oficina limpia de la parte de atrás… y les prendía la televisión para ellas”, decía.

El empleado continuaba explicando las prácticas discriminatorias: “… si llegaba una chica blanca de los suburbios, oh, era mejor que no la medicaras. Era mejor que tú esperaras a que él hablara primero con ella. Un día yo le dije algo a él y él me contestó: `esa es la manera de ser del mundo´”.

Gosnell fue finalmente puesto en evidencia como resultado de una investigación de drogas cuando el FBI encontró que estaba en el negocio de drogas ilícitas. El Gobernador pro-vida Tom Corbett despidió a seis funcionarios estatales que no cumplieron con sus responsabilidades de mantener un control mínimo en las clínicas de aborto del estado, endureciendo las regulaciones y ordenando más inspecciones a estas mal llamadas “clínicas”.

La columnista Liberal, Kirsten Powers destrozó a los medios por prestar poca atención a la historia. Algunos medios dijeron que solo era una historia local de crimen en Filadelfia, pero otros admitieron que no pudieron cubrir la historia debido al sesgo pro-abortista.

El 13 de mayo del 2013, Kermit Gosnell fue condenado a tres cargos por la muerte de bebés. Gosnell fue sentenciado a cárcel de por vida sin libertad condicional por sus crímenes. Más sobre la historia de Kermit Gosnell lo pueden ver en el documental de 21 minutos llamado 3801 Lancaster.

Gosnells former abortion mill2Un pequeño grupo pro-vida se reunió a rezar en la Capilla de la Divina Misericordia junto al Icono Peregrino de Nuestra Señora de Czestochowa, por la conversión de Kermir Gosnell, su familia y del personal que trabajaba con él, por aquellos que creían que estaban dando un “servicio”, y tal vez más importante, por aquellos que eran indiferentes a los horrores que se cometían en ese lugar. Un filósofo británico y hombre de estado, Edmundo Burke dijo: “Lo único necesario para que el mal triunfe, es que los hombres buenos no hagan nada.”

Kermit Gosnell está en prisión, pero él, su personal y sus beneficiarios infringieron enormes daños espirituales a la ciudad de Filadelfia, la nación y el mundo. Kermit Gosnell se mantiene impenitente, pero nosotros continuamos esperanzado y orando por su salvación. En el libro de Ezequiel leemos: “Si el malvado se aparta de todos los pecados cometidos, se dedica a observar todos mis mandamientos y se comporta de acuerdo al derecho y a la justicia, vivirá y no morirá; se echarán al olvido todos los crímenes que cometió y, debido a la justicia que haya practicado, vivirá. ¿Creen ustedes que me gusta la muerte del malvado? dice Yavé. Lo que me agrada es que renuncie a su mal comportamiento y así viva”. (Ezequiel 18, 21-23)

Mientras la persona vive, existe una oportunidad para su arrepentimiento y conversión. Vida Humana Internacional imprime unas estampitas con la copia del icono de San Miguel Arcángel y con una oración a San Miguel en la parte de atrás que rezamos para la conversión de los pro-aborto. Por favor, recen junto a Vida Humana Internacional pidiendo la intercesión de Nuestra Señora de Czestochowa y de San Miguel Arcángel por la conversión de Kermit Gosnell y de todos aquellos que con sus acciones u omisiones está asociado a la cultura de la muerte. Porque Dios: “quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. (1ra Timoteo 2, 4)