El 21 de marzo, nos encontramos nuevamente en la carretera pero esta vez hacia la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús en Syracuse, Nueva York. En la frontera entre Canadá y Estados Unidos todo estuvo en orden y a tiempo. El padre West y Chris practicaron las respuestas habituales que realiza el personal de seguridad en las fronteras.
Al comenzar el interrogatorio, algunas preguntas de rigor son: “¿puedo ver su pasaporte?”. El agente fronterizo recibió el pasaporte del padre West y contestó: “ustedes son dos, ¿por qué solo tengo un pasaporte?”. Chris apenas tuvo tiempo de entregar al agente el pasaporte, pero desafortunadamente tenía puestas sus gafas oscuras, cosa que ocurre frecuentemente en días soleados. El agente solicitó ver bien sus caras y observó que ambos, padre West y Chris tenían sus móviles prendidos, por lo que les pidió que los colocaran a un lado. El agente fronterizo parecía un poco incómodo, pero el padre West le explicó el por qué de tantas cajas en el vehículo y que estaban visitando iglesias con el Icono. El agente se tranquilizó mientras el padre West le explicaba sobre la visita y nos dejó pasar. Sin perder el tiempo, llamamos al párroco de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús para indicarle que estaríamos un poco más tarde de lo programado pero a tiempo para la misa.
El padre Andrew Baranski recibió el Icono apenas llegamos. Comenzaron entonces los saludos con los Caballeros de Colón vestidos en su uniforme para entrar a Nuestra Señora de Czestochowa en procesión a la Basílica. Pronto comenzó la misa, se rezó el Via Matris, luego se hizo la Adoración Eucarística y terminamos con la veneración a Nuestra Señora de Czestochowa. El padre West fue el celebrante principal y quien realizó la homilía durante la misa. Muchas personas pro-vida de la comunidad dieron testimonio y salieron fortalecidas con la visita del Icono. Algunos ya siguen la peregrinación de la Virgen Negra y del trabajo de Vida Humana Internacional, además se realizaron algunas presentaciones entre ellos. Esperamos apoyar y colaborar mucho más con los fieles locales para fortalecerlos y sostenerlos, para que sean testigos de la dignidad y de la santidad de la vida.
El día siguiente comenzó a las 7h00 con misa y una vigilia de oración en un centro de aborto. Un grupo de personas ha intentado de manera perseverante cerrar este local por 5 años. Un representante del grupo se reunió con nosotros en la Basílica. Llegamos hasta el abortorio en caravana, llevando con nosotros a la Virgen Negra para rezar juntos en la acera. Rezamos por el cierre de este centro de aborto y por el colapso de la cultura de la muerte.
Christopher Morales