Alegría es lo que mejor describe la escena de la llegada del Icono Peregrino de Nuestra Señora de Czestochowa en Lincoln, Nebraska.
El estado deriva su nombre de las palabras del nativo Otoe Ñí Brásge. Los colonos acudían aquí durante la fiebre de oro de California. La capital de Nebraska, entonces conocida como la Villa de Lancaster, cambió su nombre a Lincoln después del asesinato del presidente Abraham Lincoln, en 1865.
La Virgen Negra llegó a la histórica ciudad de Lincoln el 25 de junio, después de conducir desde Overland Park, Kansas.
Los vigilantes provida que la esperaban incluían al Director Estatal para el Plan Pastoral de Actividades Provida del Obispado, Greg Schleppenbach, y el padre Jonathan Haschke, pastor asociado de la Iglesia San José. Ambos planificaron una vigilia de oración en el centro de aborto de Planificación Familiar. Estos fieles católicos dieron testimonio de la santidad de la vida, mientras el padre Peter West dirigió el rosario para rezar por el fin del aborto.
La siguiente parada fue la parroquia de San José, donde una multitud entusiasmada esperaba la llegada de Nuestra Señora de Czestochowa antes de celebrar la misa y rezar el rosario.
Al celebrar la misa al día siguiente en la parroquia de San José, el padre West se refirió a varios puntos de la iconografía, y particularmente al hermoso lenguaje de la Virgen Negra, incluyendo el Libro de la Vida que sostiene el Niño Jesús. Este libro simboliza la creencia de la Iglesia que Jesús regresará en gloria para juzgar a los vivos y a los muertos. Al hablar de la Campaña de Océano a Océano en Defensa de la Vida, el padre West dijo a la congregación que algunos frutos de la intercesión de Nuestra Señora nos dan la confianza de que se escuchan nuestras oraciones: un bebé fue salvado en Kansas City y en Corpus Christi se acaba de cerrar una clínica de aborto. Además, fue muy importante el papel de la Virgen Negra en la obtención de la visita del Santo Papa Juan Pablo II a Polonia, lo que llevó a la caída de la Unión Soviética.
A medida que continuamos la Peregrinación de Océano a Océano a través de América, damos gracias a Dios por el celo de los sacerdotes y feligreses de la Iglesia de San José que nos ayudaron en nuestra estadía con la Virgen Negra.