A pesar de lo caluroso del clima, la Madre de Dios, en el Icono, continúa viajando por Letonia. En su tercer día de peregrinaje encontramos nuestra primera sorpresa en el poblado de Gulbene. A pesar de ser una parroquia pequeña, Nuestra Señora fue saludada por tres sacerdotes y un pastor, pero para nuestro mayor asombro, otro sacerdote se juntó más tarde a las oraciones.
Los sacerdotes que trabajan en parroquias vecinas, decidieron venir a saludar al Icono de Czestochowa. Pocas veces tantos sacerdotes se juntaban en el altar. Esto es una gran alegría, especialmente por ser un pueblo pequeño, dijo Diana Stanko, la coordinadora de la peregrinación del Icono de Letonia.
La siguiente sorpresa fue detenernos con el Icono en la pequeña capilla ortodoxa a un lado de la carretera. No hay iglesias católicas en estas zonas, así que el pastor ortodoxo permitió a los católicos hacer misa en esta capilla. Las personas del área, católicas y ortodoxas, llegaron para venerar al Icono de Nuestra Señora de Czestochowa. Muchos carros pasaban por la carretera durante las oraciones, los conductores bajaban la velocidad y quedaban sorprendidos por la inesperada situación.
En la siguiente parada en Cesvaine, el pastor, Andrzej Kozakiewicz, recordó que la Madre de Dios es el camino a su Hijo Jesús. También hizo notar la importancia de recordar constantemente a los fieles el valor de la vida humana.
En Madona, el inusualmente enérgico pastor Ryszard Rasnacis, tuvo la idea de arreglar para que todos los residentes se reunieran con Nuestra Señora y para este propósito utilizó la reciente inaugurada capilla en el centro del poblado. Después, el Icono fue llevado a la iglesia para las oraciones de la tarde. La reunión generó una agradable atmósfera.
Al final del día se sentía gozo y sorpresa. Diana escribió: “Hemos recibido una noticia inesperada del metropolitano ortodoxo de Letonia, Aleksander, quien ha dado su bendición a la peregrinación por el país del Icono de Czestochowa”. Lo que la coordinadora no había podido lograr luego de tres meses de preparación, la Madre de Dios lo hizo en tres días.