En la mañana del 9 de agosto, el Icono de Czestochowa, acompañado por varios vehículos, llegó desde Kaunas a Kaišiadorys. En la frontera del pueblo, muchas personas esperaban el santo Icono con banderines pro-vida en sus carros. La caravana pasó por el centro de la ciudad escoltada por la policía. Nuestra Señora entró en la plaza de la catedral acompañada por el sonido de las campanas de la iglesia.
Numerosas personas de diferentes edades la esperaban, sosteniendo banderas y formando un camino de honor en la entrada de la catedral.
En las puertas de la entrada de la catedral, el alcalde de la ciudad, R. Umilevičius junto con el vice alcalde, R. Kubiakas, y el miembro del Parlamento y representante de la región, B. Bradauskas, saludaron con respeto a Nuestra Señora. El evento sobresaliente del día fue cuando monseñor V. Grigaravičius entregó al alcalde una petición escrita para hacer de Kaišiadorys la Ciudad de la Cultura de la Vida y del Amor, que protegerá la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. El obispo emérito J. Matulaitis, vicario general de la diócesis, y el rector de la catedral, padre A. Jurevicius, cargaron el Icono dentro de la catedral, donde se realizaron numerosas celebraciones, como el Acto de Consagración a la protección de la cultura de la vida y del amor a la Madre de Dios.
A las 14h30, el Icono de Czestochowa salió en dirección a Vilnius, acompañado por el repique de las campanas. El Icono se detuvo en tres centros de salud en su camino, en la región de la diócesis de Kaišiadorys. La reunión de Nuestra Señora con el personal médico fue el ardiente deseo del recién fallecido y por mucho tiempo director del Centro Familia en Kaišiadorys, quien fuera en vida un incansable promotor de la cultura de la vida. La primera parada fue el Centro Médico Familiar. Todo el personal, junto al director, Dr. A. Baltakis, rezaron frente al Icono. El profesor Birute Obelenie, miembro del Comité Internacional de Peregrinación, se dirigió a los doctores solicitándoles de corazón que cumplan con su promesa hipocrática. Monseñor R. Jurkevičius renovó el Acto de Consagración. El Dr. A. Baltakis expresó satisfacción ya que el centro médico que dirige tiene la oportunidad de salvar vidas de los bebes no nacidos.
El personal del Centro de Salud de la Mujer también fue invitado a reunirse con Nuestra Bendita Madre. Todos los doctores y enfermeras recibieron el llamado solícito a respetar toda vida humana desde el momento de la concepción. La reunión que siguió, en compañía de Nuestra Señora, fue en el hospital público en Kaišiadorys. A pesar de la torrencial lluvia que caía, los doctores y personal del hospital, esperaron pacientemente la llegada del Icono. Cuando Nuestra Señora llegó, la lluvia se detuvo completamente y el sol salió de entre las nubes. El profesor B. Obeleniene transmitió el llamado al personal del hospital, solicitándoles que también se unan en la protección de la cultura de la vida en Kaišiadorys.