En la tarde del sábado 18 de agosto, Nuestra Señora de Czestochowa llegó a la parroquia ortodoxa de San Juan Klimak en Varsovia, en el distrito Wola. Ahí, el pastor de la parroquia, el padre Mitrate Nicholas Lenczewski, ya la estaba esperando, junto a numerosos sacerdotes, diáconos y fieles. Muchos católicos también se unieron a ellos.
Luego de que el Icono fue llevado dentro de la iglesia y colocado en un pedestal rodeado de flores, el pastor de la parroquia romana-católica de san Lawrence saludó al público. Luego fue el turno del pastor Lenczewsk, quien dijo:
“¡Seamos uno! Estas palabras están en lo más profundo del alma de todo cristiano, sin importar si es cristiano del este o del oeste. El Santo Padre Juan Pablo II, nuestro compatriota, pronunció estas palabras: `son dos pulmones, el izquierdo y el derecho, esa es la unidad´.
Ayer, en el Catillo Real de Varsovia, en el corazón de nuestro país, se firmó un acuerdo mutuo entre la Iglesia Católica-Romana y la Ortodoxa. Este acuerdo significa que todo ortodoxo ve en los romanos-católicos a un hermano, y que cada católico ve en los ortodoxos a un hermano. Sabemos que esto no puede ser realizado de la noche a la mañana (…). Vivimos juntos en una sola nación, así que este Acto, firmado el día de ayer en los mamparos de Warsa y Sawa es tan importante (…). Y el día de hoy, nuestro párroco de san Juan Klimak ha recibido un gran regalo, el Icono de Nuestra Señora de Czestochowa. Todos los aquí presentes tienen dos madres: la madre que les dio la vida y la Madre de Dios, quien está siempre con nosotros. Por favor, vean qué hermosa es. Permanecerá junto a nosotros hasta mañana. Oramos al mismo Dios y a la misma Madre de Dios”.
El párroco ortodoxo de san Juan Klimak en Wola (distrito de Varsovia), experimentó momentos dramáticos luego del colapso de la insurrección de Varsovia. Cientos de personas murieron brutalmente asesinadas en este distrito. Muchas casas fueron quemadas. Todos los sacerdotes, como los residentes de la casa parroquial murieron, así como los miembros del coro, los vecinos, los niños del orfanato de la parroquia y sus maestras. Fuera de la ciudad de Varsovia, la única persona que sobrevivió fue el padre Nicholas Lenczewski junto a su hijo de cuatro años, quien ahora es el pastor de la iglesia, que fue reconstruida luego de la guerra.
A continuación unas frases sobre la protección de la vida y de los valores cristianos que fue firmado en consentimiento por la reconciliación de las dos Iglesias, firmado el 17 de agosto del 2012 en el Castillo Real de Varsovia, por el patriarca Cyril y el arzobispo Michalik:
(…) “En nombre del futuro de nuestra nación, estamos a favor de respetar y defender la vida de todo ser humano desde la concepción hasta la muerte natural. Creemos que los graves pecados contra la vida y la deshonra de la civilización moderna no son solamente el terrorismo y los conflictos armados, sino también el aborto y la eutanasia. La familia, como unión permanente entre un hombre y una mujer, provee la base sólida de cada sociedad. Como institución establecida por Dios (Génesis 1, 28; 2, 23-24) la familia debe ser respetada y defendida. Es la cuna de la vida, un ambiente saludable para la educación, la garantía de una estabilidad social y el signo de esperanza de la sociedad. Es en la familia donde el hombre madura para ser responsable por él mismo, por otros y por la sociedad en la que vive. Con sincera preocupación, esperanza y amor, nos fijamos en los jóvenes, a quienes deseamos proteger contra la pérdida de los valores morales y en la educación en el espíritu del evangelio (…).”