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Nuestra Señora pasó el martes en la mañana en Chur, en la región de Graubünden, cerca de la catedral, en la capilla, donde las personas se acercaban para venerarla. Mientras se cantaba, el reverendo obispo Vitus Hounder, ordinario de la diócesis de Chur, tuvo la oportunidad de pasar unos momentos de oración en silencio ante la Santísima Madre y Jesús.

A las 14h00, las monjas dominicas del convento en Cazis le dieron una calurosa bienvenida a la Madre de Dios con hermosas canciones. Habían preparado para Nuestra Señora un excelente programa intercalando oraciones, cantos y silencios, creando una atmósfera cálida y maravillosa.

En la tarde, con la intención de permanecer durante la noche, Nuestra Señora fue al pueblo de Schitten (Albula) cerca de Davos, a la Iglesia de Todos los Santos. Este pueblo está localizado en las montañas. Primero se rezó el Santo Rosario. El padre Stefan, del monasterio recién fundado en Schitten, celebró Misa a las 19h00.

Alexandra, la coordinadora de la peregrinación en Suiza dijo: “Aquí conocí un hombre, cuyas peticiones y oraciones en frente de la Madre de Dios fueron escuchadas. Él había pedido a la Madre de Dios que se pudiera reconciliar con su hijo, y que sean capaces de poder conversar nuevamente. Cuando conocí a este hombre en la iglesia, noté que estaba muy conmovido por la presencia de Nuestra Bendita Madre. Él tomó mi mano, me miró, pero le fue imposible decir una sola palabra. El día siguiente, me enteré que cuando él regresó a su casa en la noche, con ese deseo en su corazón, su hijo había llamado por teléfono. ¡Gracias a Dios! Debo reconocer que las personas de la localidad están muy conmovidas por la visita de la amada Madre María. Muchas más personas llegaron a conocer a Nuestra Señora en su Icono, más de las que acostumbran a ir a las iglesias regularmente.”