Discípulas del Divino Maestro, Stillorgan, Dublín
El Icono fue recibido por las Hermanas Discípulas del Divino Maestro (Stillorgan, Dublin: https://www.pddm.org/?lang=es) en su capilla, el jueves 22 de noviembre, desde las 18h00 hasta las 17h00 del día siguiente. Las Hermanas expusieron el Santísimo en la capilla todo el día, y los fieles podían entrar y adorar al Señor a cualquier hora. Como en los lugares anteriores, los sacerdotes, religiosos y público en general, llegaban en grandes cantidades a venerar el Icono con gran júbilo y profunda gratitud. Algunas familias jóvenes traían a sus hijos a rezar ante el Icono de Nuestra Señora. Las oraciones incluían rezo del Rosario, el Acto de Encomienda a Nuestra Señora y la Coronilla de la Divina Misericordia. Canciones en inglés y en polaco acompañaron las oraciones.
La Superiora de la Comunidad, Kathryn William, remarcó al final de la visita del Icono, que diariamente muchas personas llegan a la capilla para adorar al Señor, pero muchas más vinieron a ver a la Madre.
Uno de los detalles que más emociona a las personas en los distintos donde ha estado el Icono, es saber que ha sido venerado por más de dos millones de fieles a lo largo de Rusia y Europa (en 20 países), y que Ella todavía tiene mucho que viajar antes de llegar a Irlanda. Sin lugar a dudas, esta experiencia ha hecho que los católicos irlandeses sientan de manera directa el poder de la universalidad de la Iglesia, y se sientan más cercanos y unidos a los cristianos de otros lugares.
La Iglesia Ortodoxa Rusa de San Pedro y San Pablo, Dublin
De Stillorgan, al sur de Dublín, el Icono viajó la misma noche del 23 de noviembre, a la Iglesia Ortodoxa Rusa de San Pedro y San Pablo. Aquí, el padre Mikhail Nasonov y una gran congregación de fieles, esperaban a las afueras de la iglesia para darle la bienvenida a la Santísima Madre. Las personas entraron a la iglesia en procesión, atrás del Icono y por una hora (desde las 18h00 hasta 19h00) se cantó el Himno Akathist. Ortodoxos y católicos veneraron el Icono de manera individual cerca de una hora. Alrededor de 300 personas de diferentes nacionalidades estuvieron presente (incluso había 20 menores de edad), entre rusos, rumanos, irlandeses, litunianos, polacos y bielorrusos.
Iglesia Dominica San Salvador, Dublin
Todos los viernes, de 20h00 a 21h00, los irlandeses dominicos de la iglesia San Salvador, en Dublín, realizan la Hora Santa: una hora dedicada a la exposición y adoración del Santísimo, incorporando una homilía, el Rosario, las Completas (oración de la noche) y una hermosa procesión a la Salve Regina.
El viernes 23 de noviembre, San Salvador recibió durante la Hora Santa, al Icono viajero de Nuestra Señora de Czestochowa.
En palabras de uno de los estudiantes de los Hermanos Dominicos: “Tuvimos la iglesia llena para la visita del Icono de Nuestra Señora de Czestochowa, mientras orábamos a favor de la dignidad y la santidad de la vida humana. Después de la oración, me reuní con una mujer que había perdido recientemente a su hijo en un brutal asesinato, y que había traído a su pequeño nieto para que ore a la Madre María. ¡La vida es bella!
El Icono fue traído desde la Iglesia Ortodoxa Rusa de San Pedro y San Pablo, a la iglesia Dominica de San Salvador en la calle Dominick a las 20h00, donde fue recibida por el Prior, padre Edward Conway OP y por el padre Terence Crotty OP.
Se entró al Icono en procesión solemne. El padre Terence Crotty OP introdujo el Icono y habló de la misión y el viaje que Ella realiza. También invitó a todos los presentes a venerar al Icono en esa noche en particular con el título de “Nuestra Señora, Madre de todos los vivientes”. Luego se expuso el Sagrado Sacramento por una hora. El padre Gerard Dunne OP, Director Vocacional de los Dominicos Irlandeses, ofreció una homilía sobre el regalo de la fe. Se rezó el Santo Rosario y se cantaron himnos a María, por último se impartió una bendición solemne. Luego de eso, se invitó a los fieles a venerar el Icono de manera individual.
Cerca de 800 personas rezaron, una por una, ante el Icono, además se realizó confesiones durante el tiempo que el Icono permaneció presente en la iglesia (cerca de dos horas y medias). Como era de esperar, muchos polacos estuvieron presentes (dos sacerdotes irlandeses dominicos hacen base en San Salvador, y son guías de una comunidad polaca bien grande).
Algunos polacos tenían lágrimas en sus ojos de alegría porque la Virgen Negra había ido hasta ellos para acercarlos a “casa”.
La Iglesia Dominica de San Salvador fue la última parada de la Madonna Negra en Dublín, antes de que Ella viaje a Cork esa misma noche.
A continuación, un extracto de la homilía dada por el padre Gerard Dunne OP, durante la Hora Santa y la visita del Icono de María:
El bello Icono de Nuestra Señora que ha llegado a nuestra Iglesia en esta noche, se encuentra en un viaje de misión. Tal vez, por eso es tan apropiado que el Icono esté aquí justamente para la festividad de San Columbanus, conocido por muchos como el “padre” del movimiento de la gran misión irlandesa. San Columbanus fue un hombre que grabó en su corazón las palabras del Señor Jesús de “proclamar la Buena Nueva a todas las naciones”. El era un santo lleno fe que deseaba proclamar esa fe a otros. Estamos al inicio del Año de la Fe, proclamado por el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI. Su Carta Apostólica empieza con estas palabras: “La Puerta de la fe” (Hechos 14, 27), esta puerta está siempre abierta para nosotros, marcando el comienzo de la vida en comunión con Dios e invitándonos a entrar en la Iglesia. Es posible cruzar ese umbral, cuando la Palabra de Dios es proclamada y los corazones se dejan moldear por la gracia transformadora. Tener lo que podríamos llamar como conocimiento “teorético” de la Doctrina de la Iglesia, no es suficiente. “Tener fe en el Señor”, nos explica Benedicto XVI, “no es algo que solamente involucra nuestra inteligencia, más que eso, es un cambio que involucra nuestra vida, todo nuestro ser: sentimientos, corazón, inteligencia, voluntad, cuerpo, emociones y relaciones humanas”. Y nos plantea una pregunta difícil: “Sin embargo, debemos preguntarnos, ¿es verdaderamente la fe la fuerza transformadora de nuestra vida, en mí vida, o es simplemente un elemento que forma parte de la existencia, sin ser algo crucial que nos abarca totalmente?” Es una pregunta que implica un profundo examen de consciencia, que cada uno de nosotros debemos responder de manera sincera. Luego de eso, descubriremos que nosotros podemos y debemos imbuir nuestra vida ordinaria con más fe, buscando seriamente descubrir a Dios que nos espera en los eventos de cada día. [...] Cuando tomamos de ese pan y de esa copa Eucarística, estamos declarando que queremos empaparnos de todo lo que Jesús significa. Nos estamos comprometiendo a vivir según Sus valores, a caminar Su camino, a ser moldeados por Su Espíritu. Venimos a esta adoración, en esta noche (y Misa) no solamente a recibir de Jesús, sino también a darle a Él. En ese sentido, venir aquí esta noche a estar en la presencia del Señor Jesús y de adorarlo es un asunto serio. Es confesar que estaremos con el Señor en las buenas y en las malas.