En Cork, el Icono estuvo hospedado por tres horas en la iglesia san Agustín antes de partir a Francia vía Rosslare. El Icono llegó a las 9h00 y partió a las 12h00, pero las personas estaban reunidas desde las 7h00 rezando mientras esperaban a Nuestra Señora de Czestochowa. La iglesia de San Agustín es también la casa de muchos polacos. Una misa se celebró a las 9h30 en inglés.
A las 11h00, John Buckley, obispo de Cork y Ross, celebró una misa en ingles y polaco junto a siete sacerdotes de la comunidad.
El padre Pat Moran OSA, prior de San Agustín, brindó un sermón muy informativo sobre el Icono y su historia. También recordó su visita a Czestochowa que realizó el año anterior con el padre Piotr Galus, quien dirige la capellanía polaca en la iglesia San Agustín.
Luego e eso, se realizó el Acto de Encomienda a Nuestra Señora, dicha en inglés y en polaco. En toda la mañana, durante las misas y el rezo del Rosario, se cantaron hermosas canciones en polaco. Constantemente entraban y salían personas (cientos y cientos) para venerarla. Aproximadamente, durante la misa con el obispo, estarían presentes cerca de mil peregrinos.
Cuando el Papa Juan Pablo II visitó Irlanda en 1979, él encomendó a los irlandeses a María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, y los exhortó a encomendarse a Ella.En el último día de su visita, durante la homilía que dio en la misa en Limerick el 1 de octubre de 1979, el Papa, dijo que había llegado a Irlanda “como siervo del Evangelio y como peregrino”, recordó a los irlandeses que una vez más se encontraban en una encrucijada y que debían elegir entre mantenerse en medio de las tentaciones presentes de la economía en desarrollo, y la “nueva” ética del goce temporal y el camino de la falsa libertad. Esta fue su advertencia en ese entonces: “Su país parece, de cierto modo, vivir nuevamente las tentaciones de Cristo: A Irlanda se le está pidiendo elegir entre el reino del mundo y su esplendor, y el reino de Dios.” Estas palabras proféticas se confirman hoy en día con la realidad que confrontan los irlandeses. La vocación de dar vida y de cuidar de ella está en constante ataque. En 1979, Juan Pablo II expresó fuertemente su esperanza y deseo en que Irlanda “nunca debilite su testimonio, ante Europa y el mundo entero, sobre la dignidad y la sacralidad de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural.” También recordó a todos los padres irlandeses que el futuro de la humanidad y de la Iglesia depende en gran parte de los padres y de la vida en familia que ellos construyan en sus hogares. En sus propias palabras: “La familia es la medida verdadera de la grandeza de una nación, así como la dignidad humana es la medida verdadera de la civilización”. Al final de su visita en las costas irlandesas, encomendó todas las intenciones de Irlanda a María, brillante “sol de la raza irlandesa”.
Ciertamente, Irlanda no podía ser más bendecida con la visita del Icono Viajero de la Madonna Negra, en un momento en donde todos los irlandeses están llamados a actuar decisivamente y orar con fervor -tal vez más que nunca- por la protección de la vida humana y de la familia.
Ella llegó a Irlanda el pasado noviembre, al igual que el Papa había llegado hace treinta y tres años, como peregrino, y como sirviente y mensajero del Evangelio de Vida.
Con gran alegría, humildad y gratitud, se reunieron entre tres mil y cuatro mil persona en 10 diferentes lugares, para saludar y venerar al Icono, mientras Ella viaja a través de Irlanda, del 16 al 24 de noviembre del 2012. El resultado de la visita se mantiene firme bajo el signo de la gracia, mientras Nuestra Señora toca visiblemente los corazones y lleva a muchos hasta Cristo. Muchos de los sacerdotes que le dieron la bienvenida en sus parroquias, estaban sorprendidos del gran número de personas que llegaban a orar ante Ella, y ponían sus intenciones a su cuidado…
En el Icono de Jasna Gora, Nuestra Señora está representada sosteniendo a su Hijo y nuestro Redentor, verdadero Dios y verdadero Hombre. Ella nos recuerda que en Cristo se haya toda la humanidad. Eso incluye la humanidad de los no nacidos. Nos invita también a considerar que antes de que Cristo esté en sus manos, Él estuvo nueve meses en su vientre. De esta manera, la fe en la Encarnación nos compromete, a nosotros los creyentes, ineludiblemente en defensores de los no nacidos. Somos llamados a ser mensajeros de la santidad y de la dignidad de cada no nacido.
¡Nuestra Señora de Czestochowa, ora por nosotros!
En Irlanda, la visita del Icono (del 16 al 24 de noviembre), fue organizado y auspiciado por Family & Life (www.familyandlife.org).