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El 25 de noviembre, a las 20h00, el Icono de Nuestra Señora de Czestochowa se detuvo en el Instituto de San Casimir, en la Comunidad de Misioneros Oblatos de María Inmaculada en Vaudricourt. El Icono llegó asegurado en una caja a prueba de balas. El santuario con ruedas -el Móvil Vida- llegó a las costas francesas unos días antes, vía ferri desde Inglaterra.

Llegó a Francia con Lech Kowalewski, que viajó a Gran Bretaña con el propósito de hacer algunas reparaciones necesarias y técnicas para el Móvil Vida, mientras no se lo usaba en el peregrinaje del Icono en Irlanda.

Desempacar y ajuntar el montaje del Icono tomó pocos minutos con la ayuda de unos destornilladores. Nuestra Bendita Madre tomó el lugar de honor junto al altar. Los fieles franceses y polacos llenaron la capilla.Vaudricourt11

Esa noche se reunieron en torno a María los Padres Oblatos, las Hermanas Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, vecinos del poblado de Fouquières y las Hermanas del Cordero. Es raro ver a tantas personas reunidas aquí. Pocos fieles vienen a las misas los domingos. Hoy, hay alrededor de 60 personas en esta pequeña capilla.

Las oraciones y el Santo Rosario con las meditaciones fueron dirigidas por el superior de la casa, padre Stanisław Wódz OMI. Luego siguió un tiempo para cantarle a Nuestra Santísima Madre. Las Hermanas del Cordero entonaron el Akathist, el himno más antiguo en honor a la Santísima Virgen María. Después de eso, se intercaló con cánticos franceses y polacos.

La vigilia terminó alrededor de las 23h00. Los fieles presentes no escondieron la alegría que significó esta reunión con Nuestra Santísima Madre. Se podía detectar un brillo de felicidad en las caras de todos. Un pequeño grupo se quedó orando junto al Icono.Vaudricourt12

Mahir tomó el Rosario en sus manos y dijo: “Fue María quien me trajo aquí. Todavía siento como Ella me tiene en sus manos. Los vientos violentos estaban en contra de Nuestra Señora, en contra de que ella nos visitara. Qué hermoso y llena de ternura es la mirada de María que emerge del Icono. ¡María, Bienvenida a Francia! Eres tan querida por Nuestro Padre, Hijo y el Espíritu Santo, y por nosotros. Te queremos mucho. Concédenos, te imploramos, que Nuestro Señor venga a nosotros. Amen.”

Nos sentamos junto a nuestra Madre Bendita hasta la 1h00. Una luna llena y un cielo estrellado preveían buen tiempo para el día que comenzaría en pocas horas.

Agata – Corresponsal en Francia