headEuroazjaAm Hiszp 8a

 

Cerca de 300 personas asistieron a la vigilia nocturna en la capilla del Pasillo de la Luz y caridad. Courset está localizada lejos de las carreteras congestionadas y de las grandes ciudades. Poco más de mil habitantes del poblado están interesados en este remoto lugar. Es por eso que quienes llegaron este lunes recorrieron 10, 30 y hasta 70 kilómetros para estar aquí.

La vigilia fue dirigida por la Comunidad Emanuel de Boulogne-Sur-Mer y comenzó a las 19h30 con la adoración al Santísimo Sacramento, colocado justo en frente del Icono de la Madre de Dios. Todos los presentes se acercaron en silencio y concentración a venerar al Hijo y a Su Madre. Más tarde hubo meditaciones, oraciones e himnos. Se comentó que Nuestra Señora de Czestochowa y la Madre de Dios de Boloña, por siglos venerada por caballeros, marinos, pescadores y hasta piratas de este puerto, estaban relacionadas porque las dos tenían su fiesta el 26 de agosto.

“No tengan miedo de pedir demasiado”, este pronunciamiento entusiasta realizado al comienzo de la noche fue la clave de la reunión con la Santísima Virgen María, que se desarrolló en una atmósfera de excepcional reverencia, respeto y devoción, así como de amor y confianza. Una vez leído el Acto de Encomienda a Nuestra Señora se prosiguió con la Letanía a la Dolorosa Madre de Dios y se sintió una extraordinaria seriedad. Las oraciones se desarrollaron con mucha concentración, enfocándose en confiar las dificultades presentes a las manos de Nuestra Madre. El mundo de hoy en día es muy difícil para las madres, las familias y las parejas de matrimonio. Difícil para aquellos preocupados por la vida.

Al final, los miembros de Emanuel nos contaron una historia de la vida de Santa Bernardita Soubirou cuando ya era monja. La Madre Superiora le reprochó por esconder una imagen de Nuestra Señora en su closet. “¡Porque esta es Ella!”, dijo supuestamente Bernardita. Intrigada por tal respuesta, la Madre Superiora le pidió al obispo del lugar traer un álbum con pinturas de la Virgen María. Bernardita miró las obras de arte sin gran interés. Pero cuando ella observó el Icono de la Madre de Dios se levantó en señal de respeto.

Las luces se apagaron, la capilla de Courset quedó vacía. Con el Icono iluminado algunos peregrinos se quedaron en oración. Así pudieron tener un tiempo más personal y una conversación más íntima con la Madre de Czestochowa.

Agata – Corresponsal desde Francia