Partimos de Cuenca a las 10:30, y nos dirigimos hacia el siguiente destino, Quintanar del Rey, también de la provincia de Cuenca, que serviría de punto intermedio para dar el relevo a Albacete.
Allí nos esperaba el Párroco D. Felipe, que recibió a la Virgen en la Ermita de la Inmaculada, con el rezo del santo Rosario. Esta iglesia está situada en el centro del pueblo, y estuvo abierta todo el tiempo. Además de los turnos organizados para que la Virgen no quedase sola ni un momento, muchas otras personas que no pudieron asistir a la llegada de la Virgen, fueron entrando en la ermita, jóvenes, mayores, gentes que venían de trabajar, todos ellos fueron entrando y dando su saludo y su oración a la Virgen. Se rezaron varios rosarios y se explicó a los presentes tanto la historia del icono como la de la peregrinación.
A las 17:30 llegó el equipo de Albacete, y con él se produjo la despedida de la Virgen. Salimos en procesión hasta el vehículo, y allí se rezó una Salve.